lunes, 23 de marzo de 2015

Lamento cada error
que he causado,
tal vez mi soberbia
el no espejarme en tu alma
cuando mi boca
ha silenciado
todas tus palabras
hasta la eliminación de su voz
con lagrimas de sangre.
Ya vez, ahora,caigo yo
me tragué, cada una
de mis palabras.
Envenenada mi alma
de tanta ausencia,
ya no pueden regresar
a rescatarlas
por qué ahora,
mi pecho, me duele y
sangra...

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